Una mañana de navidad apareciste como regalo, y desde entonces empezamos con nuestras aventuras. Contigo aprendí a andar en terrenos escarpados, a recorrer grandes distancias, a dar saltos, a lograr objetivos.
Me ayudaste como transporte en muchas ocasiones, para ir a la preparatoria, universidad, trabajo, ir a la compra, etc.
Esas mañanas frías y obscuras que salíamos apurados con fines de llegar a las clases de las 7:00 am, me acuerdo que a medida que incrementábamos la velocidad de descenso, el frío aumentaba sintiéndolo directamente en nuestra cara y no olvidar como el frío calaba mis dedos llegando al punto de casi no poder moverlos para frenar. Yo solo esperaba el momento de concluir mis actividades académicas para solo regresar contigo y andar.
Te acuerdas nuestro primer accidente, cuando descendíamos a máxima velocidad y, que por efectos de espejismo me confundí con la forma de una coladera, direccionado de forma paralela tu llanta lo cual hizo que saliéramos proyectados al pavimento por varios metros, yo solo sentía los golpes y como todo se movía de forma rápida, en otras palabras como si hubieran aventado un muñeco de trapo al piso como si quisieran hacer patitos. Y despues de este existieron muchos mas, que hasta perdimos la cuenta.
Te acuerdas cuando aprendí a desarmarte, la verdad no sabía por donde empezar, y no se diga cuando llegaba el momento de armarte, todo era como un gran rompecabezas, entre tuercas, roldadas, engranes, baleros, chicotes, flechas, la cadena, etc. Pero eso nos sirvió para reparaciones futuras donde esta actividad la llegamos a hacer hasta con los ojos cerrados.
Te acuerdas, que durante la época de lluvias solo estábamos esperando a que empezara a llover, para que saliéramos al cerro, el sentir el golpeteo de las gotas de lluvia acariciar el rostro, el barro convertido en lodo saltando por todos lados y colisionando en mi cuerpo, el subir por senderos con ríos de agua cayendo, y no olvidar que por efecto e la lluvia los frenos no frenaban, era muy divertido. Cuando estábamos de regreso en casa, no podíamos entrar hasta que estuviéremos limpios y secos.
Te acuerdas cuando quisimos incursionar en cross, era una pista con diferentes montículos de arena y estos presentaban diferentes alturas y dificultades. Los primeros saltos iban muy bien ya habíamos logrado hacer saltos de mas de dos metros de altura. Pero cada salto logrado nos obligaba a buscar más altura y más velocidad, fue cuando entonces nos volvimos a accidentar esta vez con muchos moretones y cortadas en todo el cuerpo.
Y no se diga cuando practicábamos haciendo caballitos, la horquilla se rompió varias veces, teniendo que comprarte varias horquillas.
Me acuerdo que eras de color rojo con tus etiquetas color plateado, pero con el paso del tiempo estas se fueron desprendiendo y dañando. También la pintura se fue decolorando hasta parecer de color rosado. Fue entonces cuando decidí darte un baño de pintura horneada, no sabia que color elegir, si entre rojo, verde, negro, amarillo, blanco o azul. Pero ese último me llamo la atención, así que tu nuevo color fue el azul marino.
Te acuerdas cuando de regreso de una ruta en terreno desértico, se te poncho la llanta trasera y yo no tenia ninguna de repuesto, el sol era sofocante, y no existía ser viviente cerca para que pudiera ayudarnos, así que me propuse a caminar con tigo en mis hombros, fueron varios kilómetros que camine. Pero después de varias horas, llegamos a una vulcanizadora donde se parchó la llanta, con esto emprendimos nuestro viaje de regreso a casa.
Te acuerdas cuando me acompañabas al trabajo, y que en una ocasión mis compañeros te cogieron y daban vueltas por toda la tienda de videos rodándote, fue muy gracioso.
Te acuerdas nuestro accidente en una ruta en terreno montañoso. Llegamos al cenit del cerro, despues de varias horas de asenso y, nos quedamos sentados un rato con fines de observar el firmamento a la puesta del sol, era una vista expectacular llena de hermosos valles, pastizales y a lo lejos varios cerros de diferentes formas y alturas. En fin pasado el tiempo, nos decidimos emprender nuestro regreso a casa, analizamos nuestra ruta de regreso y decidimos bajar por un pastizal, la verdad se veia muy bien. Iniciamos el deseso, poco a poco fuimos incrementando la velocidad, desafortunadamente el pasto era muy alto al grado de impedir la vista del terreno, era un terreno muy irregular lleno de hoyos y muchas rocas sueltas.
Colisionamos de forma muy dura contra una roca, caimos dando varias vueltas, golpeando nuestro cuerpo contra el terreno irregular. Mi casco quedo casi destrozado y tú rueda delantera doblada por la mitad. En fin despues de tremendo susto, nos levantamos muy felices y entusiatas, sin ninguna lesión grave y continuamos el camino a pie durante varios kilometros hasta nuestro hogar.
Una vez, en epoca de lluvias, salimos muy temprano con dirección a la universidad, ese día era importante ya que tenia que realizar una presentación con fines de obtener mi calificación final de una materia. Pero nunca analizé la gran cantidad de charcos ocacionados por la lluvia matutina. Terminé empapado desde los pies hasta la cabeza, que pena me dio, ya que no tuve mas remedio que presentarme empapado a la calse y dar el tema.
Por alguna razón en una ocasión te regale a mi hermana, y estuviste en su posesión durante algunos meses, no se como pero regresaste a mi, el día que me entere, organicé todo para recogerte. Y llego el día de rodar de regreso a casa y desde Mixcoac hasta Atizapán, así que emprendimos nuestro viaje, el cual me costo trabajo volver a rodar, esto por que ya habían pasado varios meses sin entrenar. Pero después de unas cuantas horas de pedalear llegamos a casa muy cansados.
Un día llegando de la oficina ya no estabas, me imagine que uno de mis hermanos te habría cogido prestada, pero no, la verdad es que alguien te robo. Cuando me entere que habías sido robada, me puse triste, por que había sido el fin de toda una vida.
2 comentarios:
¡Me encantó! ¿La extrañas? Te ayudaré a buscar otra..., no será igual, pero sin duda te ayuda a olvidar :-)
Ahora llegó otra que, por poco tiempo de uso me causo lesiones cervicales que nunca olvidaré. Pronto escribire algo sobre esta parte de la historia.
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