martes, 26 de octubre de 2010

Soledad y corazón

Dicen que “más vale solo que mal acompañado”. ¡Pero, cuidado!, porque la soledad no siempre es la mejor compañía. Puede convertirse en un factor que influya en el padecimiento de ciertas enfermedades.

Investigaciones recientes han demostrado que vivir en soledad incrementa los riesgos de padecer afecciones del corazón, tanto entre las personas mayores como entre los jóvenes. En los estudios se encontró que, en los individuos que vivían solos, el hecho de afrontar situaciones de estrés, como los exámenes académicos o una acusación de robo, originaba una tensión arterial creciente secundaria a una resistencia vascular. La tensión arterial elevada y la resistencia vascular, es decir, la imposibilidad de que la sangre fluya de manera adecuada en las venas, son síntomas de riesgo aumentado de crisis cardiaca.

El sistema cardiovascular de los sujetos solitarios reacciona de forma diferente al estrés, tras incrementar los riesgos de enfermedades coronarias. Cuando un individuo sociable se enfrenta a una situación de estrés, experimenta una elevación del ritmo cardiaco, lo cual es una reacción natural sana ante el estrés. En el caso de un solitario, sus reacciones ante el estrés son más débiles, lo cual establece una relación entre la soledad y el corazón.

Como conclusión podemos decir que todo ser humano como individuo asosiado, es decir ser social, tiene que evitar en medida de lo posible la soledad, ya que esto puede repercutir de forma directa a su estado de salud.

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