Ha llegado el momento de partir, el momento de decir adios, el momento de separar nuestros caminos por un pequeño instante. Parece como si fuera ayer cuando te conocí. ¿Por qué tienes que partir? ¿Por que nos tenemos que despedir, cuando podemos decir solo un hasta luego? Mi rostro se llena de lágrimas.
¿A dónde se ha ido el tiempo? Parece volar tan rápido, en un momento uno se divierte y con el paso de los años, el de su acontecer. Los días se convierten en antaño, los viejos amigos han encontrado su propio camino, hasta el momento de su partida.
Me gustaría que te quedaras, que el tiempo se detuviera por lo menos un isntante, pero no lo puedo hacer. La vida sigue su curso y nosotros aceptar debemos.
Así, que aquí estas, en los recuerdos de mi mente. De nuestros familiares y amigos, nos hemos despedido y seguramente nos volveremos a encontrar en un futuro no muy lejano.
¡No te alejes demasiado tiempo esta vez! Vamos a levantar una copa, tal vez dos o tres. Y seguramente estaremos pensando en ti, brindando por tu salud y bienestar. Hasta que nuestros caminos se cruzen de nuevo y, quizás la próxima vez... para la eternidad...
Vamos a reír todos los recuerdos juntos y platicar toda la tarde hasta el amanecer, vamos a recordar los buenos momentos que nos dejaron, esas alegrías juntos. Vamos a sonreír en las fotografías todavía. Esas sonrizas que persisten en nuestras mentes, cuando uno esta recordando todo lo bueno que hicimos. Todo lo que necesito ahora, es tiempo para recordar y así poder pensar en ti.
Buscando en las viejas fotografías, en un encanto de álbumes digitales, grandes y hermosos recuerdos he encontrado. Actividades prensadas y sueños que teníamos, nuestra huella en el tiempo, hemos dejado. El primer momento que he recordado, fué, cuando tú mirada se cruzó con la mía, hipnotizando mi ser.
¿A dónde se ha ido el tiempo? No lo se, pero estoy seguro que en nuestras mentes, las imagenes de nuestras vidas estaran unidas por la eternidad.
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